viernes, 23 de noviembre de 2007

dialogo con fernando pessoa

Tener una conversación con Fernando Pessoa y uno de sus heterónimos hubiese sido, sin duda
alguna, una intrigante, divertida y absurda entrevista. ¿Por qué se le ocurriría alternar a Pessoa
con sus alter ego en distintas ocasiones, causando posiblemente un disgusto en la persona que
deseaba hablar con el verdadero? ¿Cómo se sintió José Régio cuando llegó Álvaro de Campos
excusando a Pessoa? ¿Qué tan defraudada se sintió Cecilia Meireles al ser planta por Fernando,
quien justificó su ausencia mediante asuntos astrológicos? ¿Pessoa sería ocultista realmente, o el
verdadero brujo era Alberto Caeiro, Ricardo Reis? Si me hubiese citado con Pessoa, hubiera
querido hablar con Fernando. Pero si en su lugar hubiese llegado Bernardo Soares, no habría
dudado en golpearlo, obligarlo a llamar a Pessoa, y posteriormente reservado una cita con
Sigmund Freud.

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