domingo, 29 de junio de 2008

Juan de los Santos

La generación del 90 en el Perú es ajena a cualquier otra generación del mundo. Los que nacimos en esa década posiblemente hasta los diez años solo conocimos un presidente. Quizás en vez de observar "La Prensa", "El diario de Marka" o "El Comercio", nos dejábamos arrastrar por la prensa chicha de diarios emblemáticos como "La Chuchi" (alusión a una seudovedette que llevó a la sociedad peruana al punto más bajo al ser elegida como congresista"), "La Yuca" (alusión al primer emblema del partido oficialista, Cambio 90), "El Chino"(obvia alusión al presidente), "La Repúdica" (burla a "La República"), "Onda", "Referéndum" (alusión a la consulta de 1993), "El Tío" etc. Crecimos con la tercera ola de la cumbia, encarnada por Rossy War, Ruth Karina, Skándalo, Tornado y el "Tic tic tac". Algunos pudimos escapar de la decadencia de la televisión nacional comprada y refugiarnos en la emergente televisión por cable. Y en la llamada decadencia televisiva (que marcó el fin de programas como "Disco Club", "Trampolín a la Fama" y "Risas y Salsa") caracterizada por programas de corte populista ("Chatoneando", "La Movida", "El show de Koko Giles") es que se da espacio a un nuevo paradigma de cómicos. Los representantes del "stand-up comedy" cholo.

Si USA tenía a Seinfeld, Jay Leno, Garofalo, los peruanos teníamos al Poeta de la Calle, Cholo Cirilo, Tripita, Loncherita, Waflerita, Tornillo, Danny, Jofre, Petete, Kike, Pompín, Cachay etc. Eran los denominados "Cómicos ambulantes". Si Risas y Salsa representó el humor achorado de los 80, los Cómicos fueron la corriente alterna de los 80,90 y con un corto auge de 1998-2000.
De la mano de Augusto Ferrando y Mónica Zevallos, los ambulantes llegan a la tele desplazando a JB noticias, Risas y Salsa y Risas de América. Divididos en dos programas ("El show de los Cómicos Ambulantes" en el 2, y "Los Ambulantes de la risa" en el 5) estos comediantes dominaron la escena principal durante la decadencia fujimorista. Dos años que debieron haber bastado para poder reunir platita y dejar de trabajar en el Parque Universitario.
Pero no. Ellos se desorientaron de la nueva clase media-migrante-ochentera, pobre en su lugar de origen, pero convertida en la clase pujante, ahorradora, optimista, que dejaba de lado las superfluosidades. Siguieron los malos paradigmas provincianos: alcohol, cafichería y mujeres. Esos dos años representaron toda una "década perdida" económica (para ellos) y cultural (para nosotros).

Desde el 2000 hasta la fecha son 4 los cómicos que han fallecido en el abandono, depresión y pobreza. Primero fueron Tornillo y Waflerita. Luego el gran Poeta, aquel verdadero poeta que recitó a Pablo Neruda en la otrora Unión Soviética. Loncherita les siguió los pasos. Esta semana fue Tripita, Juan de los Santos Castellanos (para mí el mejor de todos-su actuación junto a Kike cuando fueron Cyborg y Hulk Hogan al programa fue inolvidable). Tenía 48 años y pesaba 37 kilos. Tenía la voz más ronca que la de Gámez. Era un cuadro lamentable observarlo. Y lo más probable es que esa sea la situación de varios de sus compañeros: abandono, recurseo (a excepción del Cholo Cirilo, que ahorró su plata y es el único que cada domingo le lleva flores al Poeta).

Hace poco trataron de regresar con "Los Imbatibles". No fue lo mismo. En 10 años la sociedad cambia. Ellos no. Y eso los condenó. El bajo ráting probablemente los haya devuelto al Parque, o a lustrar o a lavar.

Podrán haber sido grotescos, soeces, procaces. Pero eran artistas. ¿No se supone que hay entidades que protegen al artista? ¿o es que solo se acuerdan de ellos cada vez que muere uno?

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