sábado, 28 de junio de 2008

Obamita

Las elecciones en Estados Unidos, en especial las primarias democrátas, están por todos lados. Hacen un click mediático. En especial ahora que el Partido Democráta, el partido bueno, tolerante, de apoyo a los demás, liberal (que durante la Guerra de la Secesión apoyó al Sur esclavista, pero fuera de eso ya se reformó) ya tiene un candidato, el afroamericano Barack Hussein Obama, que dejó fuera de carrera a la mismísima Hillary Clinton, la mujer valiente que resistió todas las cojudeces que le decía por el caso de su gil y Monica Lewinsky. Las encuestas indican que la carisma y la juventud de Obama son sus principales dones (y nadie lo duda, yo lo vi cuando fue al programa de Ellen DeGeneres y se puso a boxear y a bailar la música de Beyoncé), contrarrestando al viejo conservador belicista de John McCain (quien me recuerda a Darth Sidious) quien apoya al embargo en Cuba y la ocupación en Iraq. Como latinoamericano, uno apoyaría a Obamita, el candidato de todos, el negrito triunfador, que se da tiempo de contestar todos los mails que le mandan, quien está a favor del diálogo antes que las armas. Pero si uno fuera norteamericano "puro" (algo aproximado, los únicos norteamericanos "puros" son los "indios", los otros son yanquis) apoyaría a McCain, es por eso que a pesar de que la mayoría en Latinoamérica apoya al afro, en USA saben que a pesar de todo el Partido Republicano es fuerte, es el partido de la sociedad moderada, la que se resiste a cambiar, la sociedad WASP. Es por eso que no importa que tanto pataleo hagamos, total nosotros no votamos, no tenemos voz en USA (a pesar de que ellos sí la tienen en nuestros respectivos países).

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